POR QUé NOS GUSTA LA NOSTALGIA: HABLAMOS CON EXPERTOS

Por más que nos hallemos en uno de los momentos más fructíferos en lo que a creación audiovisual se refiere, las plataformas de ‘streaming’ combinan apetecibles novedades con la reposición de clásicos como ‘Sexo en Nueva York’, disponible en Netflix, y que conseguirá que la Generación Z descubra las vidas de las cuatro neoyorquinas que hicieron de la Gran Manzana un personaje más de la serie, mientras que funcionará como una nueva pincelada de la televisión de 'confort' para quienes tengan una edad más avanzada.

Inmersos en la llamada "Edad de Oro de la televisión de prestigio", muchos recurren a contenido de duración breve (los capítulos de 30 minutos que antaño se llevaban tanto parecen ahora los enemigos de quienes quieren alargar cada episodio hasta acariciar los 60 minutos), no excesivamente complicado y ante todo, que no genere grandes quebraderos de cabeza, pues el final es ya conocido de antemano.

Esas escapadas al ayer, a momentos en los que teníamos el control y en los que los recuerdos eran agradables, es fundamental en este ejercicio de amor nostálgico, como explica Cindy Castillo, del festival de música Mad Cool. “Con el paso del tiempo, la nostalgia me lleva a sentir emoción al pensar en ver en el festival a Avril Lavigne, a quien antes no prestaba atención, ya que su música me traslada a los recuerdos de una época llena de experiencias positivas y significativas. Este fenómeno ilustra cómo la nostalgia no sólo nos conecta con el pasado, sino que también puede influir en la forma en que percibimos y disfrutamos de la música en el presente”.

La nostalgia en la moda y la música

La industria 'fashion' es otro reflejo de este amor nostálgico por el ayer, y por descontado, no es casualidad que la sociedad se refugie en los ‘flashbacks’ culturales y ‘fashionistas’ en tiempos convulsos como los que vivimos hoy, pues la nostalgia proporciona una red de seguridad en un momento de inestabilidad política o económica. Sarah Lloyd, investigadora de la nostalgia en el campo de la moda, explicaba además a ‘The Face’ que la gran cantidad de imágenes e información a la que estamos expuestos impide que seamos capaces de procesar lo que estamos experimentando. “Para mí, la cultura del pasado radica en adquirir una sensación de control sobre un paisaje cultural en constante cambio y en reubicarse en el pasado reciente para procesar completamente el presente. Es una forma de detener temporalmente el tiempo”, señala.

El terreno musical es una de las mejores pruebas de ello. Desde el resurgir del tema ‘Murder on the dancefloor’, de Sophie Ellis-Bextor, a causa del éxito de la película ‘Saltburn’, hasta series como ‘Siempre el mismo día’, cuya banda sonora es un paseo por el ayer, los pentagramas no paran de mirar hacia las épocas ya vividas. “La música tiene una conexión enorme con nuestras emociones y puede transportarnos temporalmente al pasado (y al futuro) en un minuto. Es por ello que ha triunfado enormemente el modelo que Spotify propuso ya hace una década de 'playlists' categorizadas por ‘mood’ o por décadas. Nos encanta ese mix de tristeza y placer que nos provoca el volver a atrás para revisitar sonidos que nos teletransportan a momentos concretos de nuestra vida. Si a ello le sumamos que vivimos en un mundo donde las tendencias son cíclicas, encontramos la explicación del porqué de los grandes ‘revivals’ a los que estamos asistiendo actualmente”, asegura Rosa Fernández, Head of Music España.

La nostalgia en la actualidad

“Ecos "noventeros" y "dosmileros" inundan pasarelas, producciones musicales y playlists. Las nuevas generaciones descubren a artistas de hace 20 años gracias a TikTok, a los remixes, a la tendencia 'sped up' (que acelera canciones al 150%) o simplemente, a causa de las bandas sonoras de series y películas. Nelly Furtado arrasa en TikTok, Chico Blanco revisita un tema de Loquillo, María Escarmiento hace una versión ‘ravera’ de La Oreja de Van Gogh... Mientras tanto, los de 35 para arriba agotan entradas de conciertos de grupos como Deftones o The Postal Service, y los grandes festivales apelan a la nostalgia de este mismo público encabezando sus carteles con bandas como Phoenix, AIR, Prodigy, Underworld, PULP, Massive Attack, PJ Harvey…”, indica.

Razón no le falta: basta con echar un vistazo a los carteles de los festivales de verano, que tras el arranque de Coachella, están cada vez más cerca. Núria Roche, Booking de ALMA Festival, señala que incluir a grupos como Take That entre sus propuestas funciona a la perfección a causa de que el ‘gap’ generacional cada vez es más estrecho al avanzar el mundo a una velocidad creciente. “Creo que Take That apela a la nostalgia de los primeros millennials, que ya rondan los 35 años pero todavía son jóvenes y siguen ocupando mucho espacio por ejemplo en redes, conviviendo con la Generación Z, que viene pisando fuerte y que observa de refilón aquellos referentes y lenguajes que marcaron a sus predecesores. Por eso se mezclan, comparten y reivindican grandes referentes de la cultura pop como Take That, que tienen el poder de atraer tanto a los 'millennials' nostálgicos, como a los Z, que los han descubierto más recientemente”, asegura a ‘Cosmopolitan’.

“La industria sabe sacar partido de la nostalgia, que no es exclusiva de los 'millennials'. Todas las generaciones se sienten apeladas por sus propios referentes ‘mainstream’, y no es nuevo lo de incluir estos grupos “de antes” en las programaciones. Bandas como Kool & The Gang y The Beach Boys siguen girando hoy en día porque evocan la nostalgia de una generación. A veces, aludir a aquello de “cualquier tiempo pasado fue mejor” puede hacer muy atractivo un cartel”, añade. De hecho en 2016, la agencia de publicidad Maxwell acuñó el término ‘nowstalgia’ que responde al “impulso de regresar a un pasado imaginado que jamás se ha imaginado”. Sí: por eso la Generación Z disfruta al lucir esas tendencias noventeras que en realidad, para ellos son novísimas.

Por si fuera poco, diversos estudios señalan que la nostalgia es buena para la salud por ayudar a las personas a afrontar los sentimientos negativos recordándoles que las cosas no siempre han sido malas. También es una potente herramienta contra la soledad al inspirar a la gente a alcanzar sus objetivos sociales y encontrar la conexión nuevamente, mientras que impulsa a muchos a abrirse a nuevas experiencias, ideas y modos de pensar.

Para finalizar, Cindy Castillo señala que Mad Cool, al combinar en su cartel a pesos pesados del momento como Dua Lipa con grupos de antaño, demuestra que los grupos de "antes" son, en realidad, grupos de ahora. "Su música sigue resonando con audiencias de todas las edades y sigue siendo una fuente de inspiración para la creación musical actual. En este sentido, apostar por estos grupos no sólo añade profundidad y diversidad al cartel del evento, sino que también celebra la atemporalidad y el impacto perdurable de la buena música a lo largo del tiempo”, señala.

¿Fue cualquier tiempo pasado mejor? No necesariamente, pero al menos, sabemos lo que pasó... Y no tuvo que ser malo, pues las nuevas generaciones están abrazando al ayer que jamás conocieron.

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