MUCHO MáS QUE DIVERSIóN PARA LOS NIñOS: JUGAR A CONSTRUIR ES APRENDER

¿A quién no le gusta poner una ficha encima de otra hasta colocar todas sin que se caigan? Da igual la edad, pero cuando tu hijo o hija ya está en los dos años, esta forma de jugar, la de construir, explota y el suelo de casa se llena de polígonos de colores. Un tipo de entretenimiento que fomenta capacidades físicas, mentales y también sociales.

Explorando el mundo

Los juegos de construcción han ayudado a explorar el mundo a millones de niños y niñas durante generaciones. Incluso ahora, con el boom digital, es un regalo seguro y que no se queda en una esquina olvidada. Desde simples bloques de madera hasta complejos conjuntos de LEGO, estos juegos son la puerta a un proceso de desarrollo complejo de aprendizaje, además de fomentar la creatividad, la imaginación y el trabajo en equipo. Uno de sus aspectos más destacados es su capacidad para fomentar la creatividad y la imaginación en los niños. Ofrecen la libertad de crear y diseñar sus propias estructuras, y explorar su creatividad de manera ilimitada. Ya sea construyendo una torre alta o creando una ciudad entera, estos despiertan la imaginación de los niños y les brindan la oportunidad de expresarse de manera única.

Desarrollo de habilidades motoras y cognitivas

Además de estimular la creatividad, los juegos de construcción también son beneficiosos para el desarrollo de habilidades motoras y cognitivas. Mientras los niños manipulan y ensamblan piezas están mejorando su coordinación mano-ojo, así como su destreza manual. Además, el proceso de planificación y resolución de problemas requerido para construir estructuras complejas ayuda a desarrollar habilidades cognitivas como la atención, la concentración y el pensamiento crítico.

Estas habilidades son fundamentales para el éxito académico y la vida diaria. Como se señala desde el centro de desarrollo infantil de Harvard: “A través de juegos y actividades lúdicas, los niños pueden practicar y fortalecer importantes habilidades de la función ejecutiva que los ayuden a lo largo de sus vidas, incluido el aprendizaje para enfocar su atención, fortalecer su memoria de trabajo y desarrollar autocontrol básico”.

Fomento del trabajo en equipo y la colaboración

Pero, además de la importancia del desarrollo personal, está el social y el vínculo familiar. ¿Qué pasa cuándo juego con mi hijo? Como se señala en el estudio de 2018 The Power of Play: A Pediatric Role in Enhancing Development in Young Children (El poder del juego: un papel pediátrico para mejorar el desarrollo de los niños pequeños, en español): “La alegría mutua, la comunicación y sintonía compartida que padres e hijos pueden experimentar durante el juego regulan la respuesta del cuerpo al estrés”.

Los juegos de construcción ofrecen oportunidades para fomentar el trabajo en equipo y la colaboración entre niños y padres. Sabemos que hay una etapa egocéntrica que sucede sobre los dos años y dónde la palabra “mío” se da mucho. Es normal y parte del desarrollo. Por ejemplo, un estudio de 2023 de la Universidad de Copenhague centrado en el egocentrismo infantil revela que los bebés menores de un año no son egocéntricos: “Está bien documentado que los peques de tres años solo usan su propia perspectiva cuando predicen las acciones de otra persona. Y estas tendencias egocéntricas continúan existiendo, en cierta medida, a lo largo de toda nuestra vida, aunque en el proceso madurativo acabemos desarrollando la capacidad de empatizar”. Estos juegos de construcción, poco a poco, van ayudando a generar conductas de trabajo en equipo para conseguir un objetivo común gracias a espacios de encuentro con un interés común.

Pero, además de los beneficios inmediatos, los juegos de construcción también pueden promover el aprendizaje a largo plazo en los niños, por ejemplo, cuándo se interactúa con conceptos matemáticos como la geometría, las formas, las dimensiones o la simetría. Además de otros principios como la gravedad, el equilibrio o la estabilidad.

Encajando las piezas

Construir supone que los menores están fortaleciendo su comprensión de estos temas de manera práctica y significativa, y asumiendo aprendizajes que pueden ayudar a afianzar los conceptos abstractos trabajados en clase y en casa. Como se cita en el estudio El juego de construcción para el desarrollo del pensamiento matemático en un aula de 2-3 años, de 2019: “Los niños y niñas son capaces de generar producciones complejas que implican simetrías, evidencian ejes de rotación, crean ordenamientos complejos, consiguen equilibrios desconcertantes, recurren a equivalencias entre piezas, definen perímetros regulares de grandes dimensiones y sin referencias inmediatas”.

Los juegos de construcción tienen un papel fundamental en el desarrollo infantil desde un punto de vista físico, cognitivo y social al estimular aspectos tan importantes como la creatividad, el desarrollo de habilidades motoras, la resolución de problemas simples, el desarrollo del trabajo en equipo o el trabajo de conceptos matemáticos básicos. La exploración a través del juego ayuda significativamente al desarrollo, pues no solo están construyendo estructuras físicas, sino también espaciales y sociales. Y por todo esto es crucial que los padres nos sentemos en el suelo y juguemos con nuestros hijos e hijas a colocar piezas y reforzar cada esfuerzo y cada éxito a la vez que pasamos un buen rato y participamos de su desarrollo.

César de la Hoz es licenciado en Psicopedagogía y experto en mediación y resolución de conflictos escolares y familiares, modificación de conducta y orientación educativa y gestión del cambio.

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