LOLA HERRERA: "NO ENTIENDO A LAS VOTANTES FEMENINAS DE LA EXTREMA DERECHA"

Lo de Lola Herrera sobrepasa límites. Se ha pasado el videojuego. Por fuera, pura elegancia, por dentro, más. Aparece con un moño apretado, con su pelo blanco impoluto, labio rojo, sonrisa dulce y su voz grave, firme, a pesar del tiempo, que lo quiebra todo, menos a ella, incombustible, eterna. "Las energías. Tengo un saquito y las voy sacando poco a poco".

Está a punto de cumplir 90 años y continúa en los escenarios con la obra Adictos en el teatro Reina Victoria hasta el 14 de abril, y seguirá de gira este año. El teatro, me asegura, es su relación más duradera, la que nunca ha dejado, ni la ha abandonado a ella: "Hay estrellas-actrices y hay actrices nada más. Yo soy una actriz, nada más. Para permanecer en una profesión tienes que hacer lo que te gusta y lo que no te gusta, y yo he tenido que hacer muchas cosas que no me llenaban en un principio y que me han dado mucho trabajo. El teatro es muy duro, pero muy gratificante".

Quizá por eso nunca se abandonen, su relación más fiel. Una luchadora incansable que trabajó, incluso, el día de su propia boda, en este mismo teatro donde hoy charlamos. "Yo me casé en un día de Nochevieja a las 16.00 de la tarde en la iglesia de San Sebastián, aquí en Atocha, vinimos al buffet italiano que estaba en la esquina a tomarnos una cosita con los acompañantes y luego me vine al teatro e hice las funciones y me comí las uvas".

Y me aclara: "Daniel era muy pesado. Se quería casar y no sé para qué quería hacerlo con tanta prisa, porque luego me dejó con la misma prisa". Y fue ella, también, la que tuvo que cuidar de sus hijos, tiempos duros para las mujeres. "En mi época esto era una cosa muy común, a muchas mujeres, muchísimas, nos han dado una patada en el culo y nos han dejado con nuestros niños para que los cuidásemos, porque las madres cuidamos mejor a los niños, pero realmente, ahí te quedas. Es lo que existía, sin ningún derecho a nada, hemos ganado mucho, hemos dado pasos de gigante".

Feminista convencida desde que nació, para la que la conciencia por la igualdad entre hombres y mujeres no tiene edad ni contexto, es transversal y constante. "La igualdad tendría que ser desde que el mundo es mundo. Las reivindicaciones que hacemos no las hacemos por gusto, las hacemos por necesidad, porque somos el 50% o más de la población y tenemos que tener todos los mismos derechos", dice, y añade: "Hemos conseguido muchas cosas, tenemos que conseguir muchas más y no distraernos ni un segundo. En Europa estamos viendo que la extrema derecha avanza de una manera espectacular y está dispuesta a quitarnos todo lo que hemos conseguido. No sé cómo serán las votantes femeninas de la extrema derecha, no entiendo que defiendan algo que va en contra de su propia persona y de su desarrollo mental y físico".

Escucharla es saber que madurar es maravilloso, que la vida, bien entendida, te transforma en una versión mejor de ti misma. Una versión de la que seguiremos disfrutando sobre las tablas hasta que las fuerzas se lo permitan. "Cuando esto deje de funcionar, me tendré que ir a casa, pero con gran pena". Pero, de momento, queda Lola Herrera para rato. Es la única adicción que merece la pena.

2024-03-27T08:09:48Z dg43tfdfdgfd