¡HOLI! DE ROSALíA RECIBIENDO SU RETRATO SOBRE UNA SANDíA A KIM KARDASHIAN VOLVIENDO A TORTURARSE PARA PONERSE UN VESTIDO

Una estrella del mundo del espectáculo sabe que es universal cuando, como Rosalía, no solo te han invitado ya en varias ocasiones a la Met Gala sino que empiezas a ser objeto de fan art. Sí, objetos artísticos que hacen tus admiradores con tu efigie con mayor o menor suerte. ¿Es que alguien talle tu rostro en una sandía gigante motivo de tristeza o alegría? Lo veremos, como veremos también el vestido de Kim Kardashian en el Metropolitan Museum, la enésima muestra por su parte de que puede moldear su cuerpo cueste lo que cueste para caber en una prenda. También habrá bebés Kennedy y bebés que no serán famosos. ¡Empezamos!

Rosalía recibiendo su retrato en una sandía y otros desmanes del fan art

¿Qué sentirías al ver tu rostro tallado sobre la carne jugosa de una sandía? Quizá te sentirías… ¿honrada? Porque alguien ha pasado horas esculpiendo hasta encontrarse con tus rasgos más característicos, una tarea dificilísima que puede terminar bien o regular. No sabríamos cómo calificar a la obra de arte de esa fan que, en mitad de una calle en Manhattan, antes de que Rosalía entrase a un evento, le entregó semejante representación para su sorpresa y, bueno, la expresión de la cantante lo dice todo. Está entre sorprendida, agradecida y un poquito agradecida. Porque el infierno está lleno de buenas intenciones y no todo lo que tallas en una sandia es bonito, las cosas como son.

El fan art se puede ir un poco de las manos, no toda la admiración por alguien da lugar a creaciones maravillosas y a las pruebas nos remitimos. También hay homenajes realizados por profesionales que resultan fallidos, solo hay que recordar la estatua de Cristiano Ronaldo en Maderira o al coloso de Shakira en Barranquilla. Si la escultura es, encima, en una fruta se añade dificultad y frikez al asunto.

Cuidado con el fan art y con el mal uso de las fruas, verduras y hortalizas.

Da igual cuándo leas esto: Kim Kardashian se ha torturado para ponerse un vestido

La Met Gala 2024 no fue, ni mucho menos, la primera vez en la cual Kim Kardashian se sometía a una dieta extrema y a incomodidades difícilmente soportables para llevar un look. Ya lo hizo en 2022 para poder ponerse un vestido que perteneció a Marilyn Monroe, y en 2019 para enfundarse una pieza que era casi como una segunda piel… de menor tamaño que la suya. Reducir la ingesta calórica, horas de ejercicio diario, prendas que oprimen, comprimen y aprietan. Todo para una noche y para un look.

En la edición de 2024 llevó un corsé metálico (glups) que reducía su cintura a la mínima expresión y daba la impresión de que había desplazado todos sus órganos internos para poder cerrarlos. ¿O es que no tiene estómago, hígado, corazón… ¡ni costillas!? La presión que ofrecía esta pieza, solo visualmente, parecía también terriblemente incómoda no solo para subir o bajar escaleras o caminar, ni mucho menos comer; también para respirar. Más que el ‘despertar de la moda’ lo que imaginamos es a Kim desmayada en una esquina del Metropolitan Museum porque no le ha llegado el oxígeno al cerebro con algo tan ajustado.

La estrella no aprende sus errores del pasado ni de las críticas constructivas que recibe. Ella vuelve a poner su cuerpo a merced de una prenda sin tener en cuenta su propio bienestar -aparentemente se la veía bien pero, claro, no conocemos el proceso exacto que ha llevado a cabo para enfundarse ese corsé que NO se ajusta a sus formas naturales- y parece que tampoco tiene en cuenta la influencia que puede llegar a tener entre otras personas.

Kim, siempre Kardashian, nunca incardashian.

Éste es Jack Schossberg, el nieto Gen Z de JFK de quien todavía no se habla lo suficiente

Quizá su nombre, Jack Scholssberg, no te diga nada. Pero solo hay que retroceder un poquito en su árbol genealógico para ver sus orígenes casi nobiliarios: su madre es Caroline Kennedy y su abuelo fue John F. Kennedy. Hoy es un joven de 31 años que se ha hecho muy popular en redes sociales compartiendo vídeos de él mismo imitando a su primo -también muy Kennedy- Robert. Es la perfecta representación del pijo estadounidense desocupado, un poquito gamberro y con toda la libertad del mundo para usar su mucho tiempo libre en hacerse el gracioso.

Le han llovido críticas, claro. Pero también alabanzas por su sentido del humor y su capacidad para reírse de todo (bueno, de su primo) en público y su desvergüenza. La realidad es que tampoco hace daño a nadie con sus acciones y que, bueno, internet tiene un pequeño crush con él por aparecer sin camiseta en bastante buena forma física. Sí, es un chico muy mono, con unos rasgos muy Kennedy y con todo el atractivo que implica pertenecer a esa saga.

Tenemos nueva estrella en la oficina, se llama Jack Scholssberg y es divino.

¿Qué vuelve a pasar con Britney Spears?

Algo pasa -de nuevo- con Britney Spears. Las sospechas de que algo iba mal comenzaron hace unos días, cuando salía de un hotel semidesnuda, tapándose con una almohada y acompañada por médicos. Parecía tener los ojos llorosos. Se empezó a hablar de colapso nervioso aunque ella misma, días después, explicó que no se trataba de eso sino que lo había orquestado todo su madre, con quien había retomado su relación tras años de ruptura.

Reveló que se había torcido un tobillo -de ahí los médicos- y que simplemente estaba incómoda por ello. También compartió en Instagram fotos de su pie efectivamente hinchado. Poco después publicaba otro post contando que a lo mejor necesitaba cirugía en ese tobillo a la vez que decía que ojalá su vida fuera tan excitante como los medios se empeñaban en reflejar. Remataba con un “esta semana me voy a hacer un regalo”.

¿Aceptamos estas explicaciones como válidas? ¿Entendemos que su salud mental está bien y esto ha sido un accidente fortuito? Repetimos lo que dijimos meses atrás con el tema de los cuchillos: la gente se tenía que haber preocupado por ella cuando vivía secuestrada financiera y casi físicamente por su padre y no ahora, que es libre.

Ánimo, Brit.

Dulceida y Alba Paul Ferrer tendrán a una bebé NO influyente

Ya sabemos que Dulceida y Alba Paul Ferrer van a convertirse en madres, que será una niña y que todo avanza fenomenal. También que dos de las influencers más conocidas y poderosas de España tendrán una bebé que, al contrario que ellas, no será conocida. Lo ha desvelado la propia Aída, asegurando que su esposa y ella no practicarán el sharenting con su hija. Es decir, que no se transformarán en instamamis (si bien no ha especificado si la expondrán o no a las redes) poniendo a la pequeña a trabajar en el negocio familiar.

Una decisión muy importante y que sienta un precedente en la protección de los niños de redes, especialmente, en lo que se refiere a la utilización de menores para promocionar marcas. Un tema controvertido y que aún no está regulado, algo que se reclama por muchas vías para proteger a los menores.

Un tema que, sin duda, va a dar que hablar.

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