CRíTICA DE 'GUARDIANA DE DRAGONES (DRAGONKEEPER)': LA NUEVA AVENTURA DE LA ANIMACIóN ESPAñOLA LLENA DE MAGIA Y FANTASíA

Es todavía pronto, en este extraño e injusto mundo nuevo donde se vive esclavizado por la inmediatez, para saber si 'Guardiana de dragones (Dragonkeeper)' se convertirá en la primera de una (primera) trilogía que siga adaptando los superventas literarios originales firmados por Carole Wilkinson. Ojalá así sea porque si hay algo en esta aventura (o más que ello dadas las vicisitudes de producción y ejecución de la película) china de un equipo español liderado por el dotado Salvador Simó es su centro de interés no solo en ese viaje iniciático repleto de peripecias espectaculares, sino en el camino hacia la madurez (con lo que todo ello conlleva) de la pequeña niña protagonista.

Camino que las novelas de la escritora australiana explora en las siguientes entregas donde la chiquilla crece en un mundo en el cual la fantasía, la imaginación y la magia comienzan a desaparecer, como la infancia lo hace de manera implacable. Mucho de ello lo apunta, con loable delicadeza, 'Guardiana de dragones (Dragonkeeper)'. Más que en el detallismo pictórico y artístico de fondos que nos retrotraen a las aguadas y acuarelas de la China imperial, o que en la cinética habilidad para mover a sus personajes y criaturas de escenario a escenario, de secuencia trepidante a secuencia trepidante, y de cliffhanger a cliffhanger, la mano de Simó (no la del co-director, Jianping Li, simplemente industrial) mima la mirada inocente de la jovencísima protagonista en su encuentro con un universo fantástico y legendario en extinción, y cómo lucha por salvarlo, salvando así mismo su propia inocencia.

Es en los ojos, los gestos y la íntima relación con dragones, hechizos, encantamientos, peligros y humanos, de la niña donde de verdad se desarrolla la gran aventura de la película. No oculta Salvador Simó su devoción por el maestro japonés de la animación, Hayao Miyazaki, ni por otros intocables del cine nipón en imagen real, caso de Mizoguchi, presente en cada uno de esos en apariencia tiempos muertos (parece que un pecado mortal en esta animación mainstream emperrada en hacer un chiste -o una soflama woke- en cada plano) en los que los personajes piensan, meditan y, sobre todo, miran. Es, eso sí, una lástima que la animación creada y generada por ordenador haga que ese espíritu dramático y finalmente mágico (amén de realista) no brille tanto como debería. Existe cierto esmero en el diseño de los personajes y en el ritmo de sus movimientos en el film, y sin embargo, muchos de esos rostros y acciones no terminan de diferenciarse de unos modelos repetidos y explotados hasta la saciedad, se trate de grandes producciones o de otras más modestas, o directamente exploit (muchas de ellas, curiosamente, de nacionalidad u origen chino).

Venía Salvador Simó de replicar/reinventar las viñetas de la novela gráfica que dio pie a la homónima 'Buñuel en el laberinto de las tortugas', proyecto claramente más personal. Aun así, siendo como es 'Guardiana de dragones (Dragonkeeper)' un encargo, y teniendo la vigilante injerencia de la parte de producción china salvaguardando sus esencias culturales, se revela insólitamente personal para el director y animador barcelonés. No deja de ser, al igual que era 'Buñuel…', la historia de una realidad inmortalizada en ficción, y viceversa: la hambruna de Las Hurdes y el desgarrador documental (la pérdida de la inocencia de Luís Buñuel) que la retrata; la magia de un mundo con dragones y la odisea de una niña por protegerlo y mantenerlo vivo en forma de huevo. Y no deja de ser la voluntariosa aventura de un cineasta por ser el guardián de aquellas producciones de los años 80 que rompían los márgenes de un cine mainstream para todos los públicos y se convertían en clásicos que la operación nostalgia ha reafirmado en su condición.

'Guardiana de dragones (Dragonkeeper)' mima el último huevo, el último atisbo de fantasía desprejuiciada y no contaminada que ha sobrevivido de los tiempos de la Amblin. O de los tiempos de una Disney maltratada por el público, la de la profética 'El dragón del lago de fuego', y de una gema de los dibujos animados que Simó cita con cariño y conocimiento de causa: 'El vuelo de los dragones', del dueto fantástico Arthur Rankin & Jules Bass.

Para guardianes de la magia perdida en el cine de animación

Lo mejor: la profundidad dramática de los personajes principales.

Lo peor: que no sea de animación tradicional.

Ficha técnica

Dirección: Salvador Simó Busom, Jianping Li Reparto: Animación. País: España Año: 2024 Fecha de estreno: 19-4-2024 Género: Aventuras. Fantástico Guion: Carole Wilkinson, Pablo I. Castrillo, Ignacio Ferreras, Rosanna Cecchini, Wang Xianping. Novela: Carole Wilkinson Duración: 99 min.

Sinopsis: Son tiempos oscuros en la China imperial. Los dragones, antaño amigos y sabios aliados de los hombres, han sido perseguidos durante años y encerrados en mazmorras. En una remota fortaleza en las montañas, una niña ayuda a escapar al último de los dragones y se une a él en una apasionante misión para recuperar el tesoro más preciado: El último huevo de dragón, robado por un malvado hechicero que quiere explotar su potencial mágico para alcanzar la inmortalidad. Adaptación de la primera de las seis novelas de la saga literaria homónima de la australiana Carole Wilkins

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